Valparaíso es la ciudad donde pasé toda mi juventud. Sus casas antiguas con altos techos y estrechas mamparas me recibieron desde los 18 años.
Por cosas de la vida, actualmente me encuentro en Santiago, enferma e impotente por no poder hacer nada por esa gente humilde que lo ha perdido todo.
En internet apareció una carta anónima que me identifica demasiado.